"Aunque llovían ranas
pudimos resistirlo
¡No hay ninguna plaga
la cual pueda hundirnos!.
Sangraron nuestras llagas,
¡aún seguimos vivos!
así es la fuerza humana
¡No quisimos permitirlo!.
Magos y archimagas
fueron nuestros amigos,
el pueblo convencido
¡¡JAMÁS SERÁ VENCIDO!!" (Canción).

Cornamusas, dulzainas, cítaras, zanfonas y laúdes. Se ven instrumentos por doquier. Canciones, bailes y risas se suceden en todos los reinos. El populacho ha salido en tromba a las calles, pues hay mucho que celebrar. Vino y cerveza corren a raudales. Los archimagos, mientras tanto, descansan sumidos en su complacencia... "¡Qué facil fue derrotar a los batracios!, ¡ni si quiera eran mágicos!".

En la noche siguiente a la fantástica batalla cae una fuerte lluvia en toda Terra. La lluvia lo empapa todo. No parece un inconveniente que vaya a detener la fiesta. Pero va calando la tierra y los restros podridos de las ranas muertas que en ella aún yacen. Terra es un mundo mágico, donde se enfrentan fuerzas mágicas una y otra vez, como una rueda que no cesa de girar nunca. La lluvia sigue cayendo y cayendo con furia, y llega hasta lo más profundo. El seno de esta tierra está poblado por cadáveres llenos de gusanos y corrompidos por el inexorable tiempo. Pero ahora hay algo distinto, están siendo bañados por el líquido viscoso y sanguinolento de las batracios masacrados.

Al poco tiempo, desde las profundidades empiezan a escucharse unos alaridos inhumanos, tan fuertes que resquebrajan la tierra, como si ésta estuviera sufriendo un anormal parto. Excavando a través de sus tumbas o de fosas comunes, antiguos guerreros surgen, para emprender con sus descompuestos cuerpos una impía cruzada contra los vivos.

Lo que comenzó con risas y cantos, pronto torna en pánico y llantos. Ingentes cantidades de zombies,- nunca vistas antes-, avanzan en perfecta coordinación hacia los reinos de Terra. En seguida, los archimagos se dan cuenta de este peligro y ponen a sus ejércitos en alerta para la infernal batalla que se avecina…